Sermón completo:

Hola y bendiciones, esta es una reflexión bíblica subversiva semanal del Padre Luis con la teología pastoral del Moriviví en donde estamos cada día en la búsqueda del querer vivir con dignidad y poder ser felices aquí y ahora. Este espacio es una invitación a que seamos como el moriviví”, que en un momento determinado creemos que no hay salida y que todo se acabó y de momento estamos de pie para seguir viviendo. Es un volver a vivir. Gracias por ser parte de este encuentro.

Mi tema de hoy está elaborado de la lectura del evangelio de Juan 10:1-10: La Iglesia como Buen Pastor o Pastora.

Cuando Johann Gutenberg, un inventor alemán, desarrolló la imprenta, comenzó a imprimir biblias. Esto permitió que la gente común tuviera acceso a las Escrituras. Hasta entonces, solo los funcionarios de la Iglesia tenían acceso a las Escrituras y todas las personas tenían que confiar en su interpretación. Esto provocó un cambio de paradigma. El mundo ya no tendría que depender de los líderes de la iglesia para leer la Biblia, ahora podrían leerla por sí mism@s.

En términos simples, un cambio de paradigma es un cambio o transformación popular, o tal vez no tan popular, de la forma en que las personas percibimos los eventos, a otras personas, el medio ambiente y la vida en general. Puede ser un cambio nacional o internacional y podría tener efectos dramáticos en la forma en que vivimos nuestras vidas.

La vida cambia constantemente pero no siempre aceptamos las cosas que cambian. El internet, por ejemplo, ha cambiado mucho la forma en que nos comunicamos. Si no tienes correo electrónico, estás viviendo en la edad oscura. El internet también se ha convertido en nuestra principal fuente de información. No tienes que esperar el periódico de la mañana o ver las noticias de la noche. Puedes obtener información instantáneas y actualizadas a través de Internet.

Juan 10:1-10: Jesús revela que él es el medio por el cual las ovejas pueden encontrar seguridad, alimento y vida abundante.

Cuando Jesús introdujo el concepto del buen pastor, estaba intentando cambiar el paradigma religioso de su época. La gente miraba a los fariseos como sus líderes espirituales. Desafortunadamente, se aprovecharon de la gente común y retuvieron el poder para ellos mismos. Cosas como la curación, la salvación o el arrepentimiento de los pecados requerían su permiso. Jesús, en cambio, quería que entendieran que un o una guía espiritual es aquella persona que es como un pastor o pastora que actúa como porter@.

A lo largo de este pasaje de Juan 10, Jesús, el Buen Pastor, está tratando de dejar claro un punto a los fariseos. Mientras Jesús intenta explicar, ellos se sienten incómodos, tanto que quieren apedrearlo (Juan 10:31-33). Pensaron que Jesús le estaba faltando el respeto a Dios. Pero también vieron que se estaban afectando sus intereses personales. El paradigma que Jesús estaba tratando de ilustrar a través de su metáfora era su proyecto de liberación salvífica.

Pero su mensaje de liberación fue un desafío al poder de los líderes religiosos de su tiempo. La igualdad de las personas creyentes, a pesar de todas las diferencias que pudieran persistir fuera de la Iglesia, es uno de los temas principales del cristianismo primitivo. Esto por supuesto trajo una lucha de poder con el liderato religioso.

La Iglesia y su liderazgo en su lucha por el poder ha usado y sigue usando el miedo al infierno como respuesta para asustar a la gente con el fin de controlarla. En el ámbito político y religioso, el miedo es el arma principal de los regímenes autoritarios o populistas. Por ello, con toda la intencionalidad del caso, se promueven ideas distorsionadas sobre la realidad. Lo cierto es que el antídoto contra la manipulación a través del miedo es estar debidamente informad@s. Esto es exactamente lo que Jesús estaba y sigue haciendo con su ministerio; despertar, organizar y movilizar la conciencia del pueblo. Y es precisamente lo que debemos hacer contra todo poder tóxico y abusivo que, en lugar de hacer avanzar la causa del mensaje de liberación de Jesús, lo que persigue es controlar y someter al pueblo.

Podemos preguntar; ¿qué consuelo pueden obtener las personas cristianas de que Dios sea su pastor? Como personas cristianas, cuando reconocemos que Dios está actuando como nuestro pastor, hay algunos principios de los que podemos estar segur@s.

Dios se preocupa: «Soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.” (Juan 10:11); Dios provee: “El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes pastos me hace descansar, junto a aguas de reposo me conduce, refresca mi alma. Me guía por los caminos rectos por amor de su nombre”. (Salmo 23:1-3); Dios guía; “Aunque ande por valles tenebrosos, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me consuelan. (Salmo 23:4). Dios está presente en todas las etapas de la vida y, afortunadamente, incluso en aquellas estaciones en las que no reconocemos su presencia hasta más tarde.

El reto en todo esto lo es también que la Iglesia debe de ser como el Buen Pastor o Pastora. Quedarnos solo en la interpretación de que Jesús es nuestro Pastor sin tomar en consideración nuestra responsabilidad en todo esto, es presentar este mensaje a medias. Como seguidor@s de Jesús, también debemos convertirnos en buenos pastores y pastoras. Hay ovejas hambrientas, maltratadas, desamparadas, solas dentro y fuera de la iglesia, que nos están llamando.

En el libro de los Hechos vemos la forma en que se comporta una comunidad cuidada y alimentada por Cristo. Una iglesia pastoral saludable se caracteriza por una devoción continua al mensaje de Jesús y a su obra en el mundo.

Por desgracia, la economía capitalista globalizada, no Dios, con su afán de progreso material a expensas de la dignidad de la vida humana y del desorden creado, ha resultado en crecientes injusticias. ¿Cómo está respondiendo la Iglesia a estas nuevas y desafiantes realidades? ¿Qué significa ser Iglesia en este país? ¿Dónde y cómo estamos llamad@s a pararnos frente a las crecientes desigualdades en el poder económico, social y político?

La misión de la Iglesia es predicar el evangelio y hacer discípul@s en todo el mundo, enseñándoles exactamente lo que Jesús enseñó. Y lo hacemos acompañando al pueblo en sus luchas y sirviéndole con acciones de liberación.

Definitivamente quien es Buen Pastor o Pastora tiene que aprender a acompañar al pueblo y a servirle. No es una o la otra, son ambas. Para ser Buenos Pastores o Pastoras, debemos identificar las necesidades de nuestras ovejas porque tenemos que alimentarlas. L@s líderes de la iglesia no han prestado la atención adecuada a la congregación local ni mucho menos al resto de la comunidad que debemos servir. Hay la necesidad de abordar y eliminar los problemas sociales de nuestro diario vivir. Aceptar la pastoral que Jesús nos ofrece es tomar responsabilidad socio-espiritual de seguir trayendo el cielo a la tierra. Esto para ser felices aquí, y ahora.

La implicación constructiva aquí es que necesitamos estructurar los asuntos y la acción sociales de manera más orgánica en la vida de la iglesia. No es si queremos o no queremos tomar acción social, hay que hacerlo, punto. Por lo tanto, lo que debemos preguntarnos es, el cómo lo hacemos: con una pastoral radical.

Tengamos un asunto claro, Dios no creó la escasez de alimentos ni mucho menos la pobreza, por lo tanto, no le corresponde a él resolverla. Esta es una de las consecuencias de nuestras políticas neoliberales de un capitalismo de mercado que ofrece comodidad al 1% de la población y al mismo tiempo le dice al 99% que se puede ir al infierno. Y a esto se suma la iglesia que le dice al pueblo, oren para que Dios provea y si no provee es porque estas en pecado o porque te está probando tu fidelidad. Esta mentira teológica o disparate se la inventaron quienes nos están oprimiendo para justificar la opresión. ¿Vamos a sentarnos a contemplar estas atrocidades políticas y pecados teológicos? No si somos buenos pastores o pastoras. Nuestra misión es la de cambiar el paradigma de opresión por uno de liberación.

Tome por ejemplo la llegada de nuestras hermanos y hermanos inmigrantes a través de la frontera. Fueron expulsad@s de sus países con realidades sociales, políticas y económicas. Y llegan a aquí en búsqueda de un sueño que se convierte en pesadilla porque tiene que enfrentar todo un aparato represivo de discriminación que se caracteriza por ser antiinmigrante porque les criminaliza y demoniza.

L@s nuev@s inmigrantes nos llaman a la mayoría de nosotr@s a regresar a nuestra herencia ancestral como descendientes de inmigrantes y a nuestra herencia bautismal como miembros del cuerpo de Cristo. “Porque en un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo cuerpo, sean judíos o griegos, esclavos o libres, ya todos se nos da a beber de un mismo Espíritu” (1 Cor 12, 13).

Todo este asunto del nacionalismo cristiano que promueve la supremacía blanca aquí en Estados Unidos sigue criminalizando la presencia de inmigrantes. Ell@s son nuestros hijos e hijas, hermanos y hermanas, padres y madres. Son la imagen de Dios que en sus países fueron expulsad@s por realidades políticas, sociales y económicas. Este es parte de nuestro reto pastoral. Vamos a darles la bienvenida pastoral de acompañarles y servirles. Esto porque una iglesia pastoral saludable se caracteriza por una devoción continua al pueblo de Jesús. Eso fue lo que se hizo luego del sermón de Pentecostés que trajo a más de 5 mil personas. “Estaban continuamente dedicándose a… la comunión” (2:42). No podemos ser devot@s de la Cabeza, que es Cristo, y al mismo tiempo separarnos del cuerpo, Su iglesia.

¿Recuerdan a nuestro arzobispo Desmond Tutu, uno de nuestros Obispos Anglicanos en Sur África?, Él dijo: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado de la persona opresora. Si un elefante tiene su pie en la cola de un ratón y dices que eres neutral, el ratón no apreciará tu neutralidad.

No podemos desarrollar una Iglesia Pastoral que reproduce desigualdades y los procesos de dominación. Como Jesús hay que cambiar este paradigma. Necesitamos convertirnos en el Buen Pastor o Pastora que Dios quiere que seamos, para que prediquemos con nuestras acciones el Evangelio del Cielo en la Tierra. Esto porque cuando hablamos de Jesús y Cristo lo sociopolítico y lo místicos no pueden estar separados. Esto mis hermanas y hermanos es un cambio de paradigma.

Esta es una reflexión desde la Esquina Roja del Padre Luis. En el amor solidario, el sacramento más importante. Amen & Ashé.

30 de abril de 2023.