Sermón completo:
Hola y bendiciones, esta es una reflexión bíblica subversiva semanal del Padre Luis con la teología pastoral del Moriviví en donde estamos cada día en la búsqueda del querer vivir con dignidad y poder ser felices aquí y ahora. Este espacio es una invitación a que seamos como el moriviví”, que en un momento determinado creemos que no hay salida y que todo se acabó y de momento estamos de pie para seguir viviendo. Es un volver a vivir. Gracias por ser parte de este encuentro.
Mi tema para hoy está elaborado de las lecturas Bíblicas de Romanos 7:15-25a; Mateo 11:16-19, 25-30 y el mismo es que: Servimos a Jesús sirviendo a las demás personas
En esta reflexión voy a tratar de rescatar la acción radical de Jesús de servir a las demás personas. Pero esto lo haré dentro del contexto de que servimos a Jesús cuando servimos a las demás personas.
Mateo 11: En los versículos 16-19, Jesús usa el ejemplo de l@s niñ@s jugando a «simular» en la calle para expresarse y disfrutar. Jesús describe a un grupo de niñ@s que se quejan de otro grupo que se niega a jugar con ell@s: como no querían jugar el juego divertido, así que probamos el juego triste, dicen ell@s. Pero ni uno ni el otro.
Esta es la escena del niño o la niña malhumorada, o aún más patético, la persona adulta malhumorada, que pone mala cara y se queja de que nada es lo suficientemente bueno a menos que sea lo que ELL@S quieren.
Me pregunto, ¿cómo llamará Jesús a nuestra generación? ¿Corremos el mismo riesgo de negarnos a unirnos a Jesús? ¿De rechazar los caminos de Dios y los agentes de Dios (como Juan el Bautista)? ¿Dios nos mira y suspira, frustrado porque seguimos negándonos a ver y dar la bienvenida a la sabiduría, la bondad, la gracia y la compasión por nosotr@s mism@s y por l@s demás?
Jesús está claramente frustrado por la terquedad de la gente. La gente decía que el camino de Juan era demasiado duro y el camino de Jesús demasiado blando. El pueblo aún no había encontrado su justo derecho, por lo que se negaron a unirse a lo que fuera que cualquiera de los mensajeros de Dios estaba ofreciendo.
Entonces Jesús dice una verdad poderosa y es que la verdadera sabiduría se demuestra por lo que la persona hace con su vida, no por sus ideas, no por sus opiniones, no por sus hilos de Twitter o videos de TikTok, no por sus fotos y subtítulos inspiradores de Instagram o los comentarios de Facebook. . ¿Se unen a lo que sea que Dios está haciendo, o entran en lamentos de cascarrabias acerca de lo que Dios está haciendo? (¿Recuerdas a nuestro viejo amigo, Jonah?).
La primera respuesta de Jesús a la frustración es orar. (¡Es un buen recordatorio para nosotr@s de hacer una pausa cuando estamos enojad@s!) Es en su oración que escuchamos lo que Dios está haciendo. Dios, en su gracia, está dando sabiduría a aquell@s que no son “sabi@s”. Si las cursivas existieran para el griego koiné, “los sabios e inteligentes” estarían en ellas porque Jesús se está refiriendo a aquellos que son considerados sabios e inteligentes por los estándares de las personas, no por los estándares de Dios. Esto generalmente significa personas exitosas, ricas, eruditas, de élite, impresionantes, poderosas o dominantes. Y, por lo general, estos rasgos no se consideran en equilibrio con la codicia, la lujuria, la envidia, el egoísmo, la compasión o la empatía de la persona. Resulta que generalmente estamos midiendo la «sabiduría» y la «inteligencia» por las cosas equivocadas.
Hay tantas personas cristianas que están trabajando para el bien, siguiendo la sabiduría de Dios y la voluntad de Dios. Es a est@s fieles discípul@s a l@s que Jesús invita a unirse a él en su pausa de oración. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Es a estos “niños”y “niñas” a las que Jesús invita a acostarse como un bebé. Imagina al niño o niña dormida sobre el pecho de madre o de su padre. Tranquil@, segur@, descansando de una manera que fomente el crecimiento, la salud y el bienestar y una base innata de ser una persona amada y cuidada.
Y luego Jesús les dice: “Pueden cambiar sus pesadas cargas de las expectativas y la ira y el prejuicio y el rechazo de l@s demás y tomar mi yugo en su lugar”. L@s invita a crecer más en la sabiduría de Dios aprendiendo de él cómo vivir en un mundo que te rechaza, rechaza la verdad, rechaza la belleza, rechaza la bondad y la compasión. Jesús l@s invita (y a nosotr@s) a aprender de él, que es tan sabio y maduro emocional y espiritualmente que es capaz de permanecer manso y humilde de corazón.
Por otro lado, las lecciones que podemos sacar del capítulo 7 del Libro de Romanos son varias. Primero, como creyentes, debemos evitar pecar y permitir ser guiad@s por el Espíritu que mora en nosotr@s, el cual abre tremendas puertas para todos l@s creyentes. En otras palabras, un compromiso no es una opción porque una vez que un@ se convierte en cristian@, la mente y todo en él o ella son controlados por el Espíritu.
En segundo lugar, si Dios mora en nosotr@os, entonces debemos permitirle que controle nuestras vidas y esto significa que tenemos una unión/relación con Jesucristo.
En tercer lugar, si pecamos, el mismo Espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos dará nueva vida a nuestros cuerpos mortales.
¿Qué significa para nosotr@s mientras practicamos el ministerio en el siglo XXI? La vida cristiana ordinaria es una vida radical. L@s cristian@s del primer siglo no estaban preparad@s para la figura verdaderamente radical y radicalmente inclusiva que era Jesús, y tampoco lo están l@s cristian@s de hoy. Queremos someter y domesticar quién era él, pero la vida y el ministerio de Jesús realmente no lo permiten. Destrozó barrera tras barrera. Jesús fue atacado repetidamente por juntarse con la gente equivocada y reclutó a sus discípul@s de los niveles más bajos de la sociedad. Nuestro radicalismo debe parecerse a Jesús. Y este radicalismo debe parecerse a Jesús para que luchemos al menos contra cinco ejes diabólicos.
Existe también otro eje diabólico que produce una opresión profunda y generalizada de las mujeres, junto con personas adultas mayores y l@s niñ@s que dependen de las mujeres, en todas las sociedades patriarcales del mundo, donde las mujeres y sus dependientes son deshumanizad@s y despersonalizad@s por los miedos androcéntricos y las agresiones de los hombres (sexismo).
Existe asimismo un eje diabólico que produce la represión de millones de seres humanos pertenecientes a razas y etnias distintas a las razas o etnias dominantes en las sociedades (racismo, etnocentrismo, antisemitismo dirigido contra el pueblo judío y/o árabe).
Un cuarto eje diabólico lo es la existencia de la explotación injusta de la naturaleza física, química, biológica y zoológica, la ecología en la que está incrustada la naturaleza humana, mediante procesos de producción industrial y tecnocrática de «megamáquinas» que contaminan y destruyen un entorno tras otro.
Finalmente, tenemos el eje diabólico de la injusticia de un militarismo en constante expansión como usos violentos del poder y la fuerza mediante los cuales se defienden las relaciones no igualitarias, ya sea internamente a través de diversas formas de fuerzas policiales y de vigilancia, o externamente a través de fuerzas militares y de espionaje masivas.
Un elemento básico común a estos cinco ejes diabólicos que nuestro radicalismo cristiano debe combatir lo es el que son formas de injusticia social para producir la dominación, mediante la cual se niegan y oprimen las relaciones igualitarias hacia las demás personas. Esto mis hermanas y hermanos frustran a Jesús. Por eso creo que no hay nada más radical que servir a Jesús sirviendo a las demás personas. Nuestro discipulado es el de servir, no de que nos sirvan ¿Te sientes frustrad@ con todo esto? Entonces, ora, ora y ora, pero con acciones.
Esta es una reflexión desde la Esquina Roja del Padre Luis. En el amor solidario, el sacramento más importante. Amen & Ashé.