Sermón completo:
Vigésimo Domingo después de Pentecostés
Propio 23; 15 de octubre de 2023
Éxodo 32:1-14, Salmo 106:1-6, 19-23, Filipenses 4:1-9, Mateo 22:1-14
I-Introducción: Las lecturas para este domingo coinciden de una manera increíble en que la relación que estamos estableciendo con Dios es una de felicidad y celebración, o sea, es una invitación a que participemos en una fiesta de amor. ¡Nos han invitado a una fiesta! Pero nos advierten de no meternos en la fiesta incorrecta.
II-Mateo 22:1-14: ¿Qué podemos aprender de esta parábola en Mateo 22:1-14? A mi juicio hay cinco lecciones formidables en esta parábola:
La primera lección es que Jesús tiene un gran sentido del humor. Esta parábola es para demostrarnos que el Cielo es una fiesta que comienza en la tierra. ¡Y nos han invitado a la fiesta!
Cuando pensamos en iglesia, normalmente no nos viene a la mente la palabra “fiesta”. Eso no significa que no sea divertido estar aquí; al menos eso espero. Me doy cuenta de que divertirse no es la razón principal por la que estamos aquí, pero confío en que salgamos de este lugar con más esperanza, alegría y paz que la que se encuentra en la mayoría de las fiestas. Esto se debe a que no estamos aquí solo para entretenernos, sino para enriquecernos y animarnos con nuestra adoración. Nos han invitado a una fiesta, y, como en la parábola de Mateo 22, si no respondemos, van a invitar a otras personas y nos quedaremos fuera de la celebración.
La segunda lección es que esta parábola de la fiesta de la boda es tan escandalosa, tan impactante, que pide ser tomada en serio y no literalmente. Recuerda una parábola es un hecho imaginario que contiene una enseñanza moral. Ruega ser tomado como una verdad y no como un hecho histórico. De lo contrario, al escuchar la parábola podemos concluir que Dios es un rey enojado que, que cuando no se sale con la suya, destruye a su propio pueblo y quema sus ciudades. Simplemente esta descripción del Dios revelado por Jesucristo a lo largo de su ministerio no es correcta. Si contamos esa historia como la verdad del evangelio, creo que Jesús podría llamarnos mentirosos.
Si bien gran parte de la Biblia no debe tomarse literalmente y puede que no siempre sea exacta según los estándares actuales, siempre es veraz. Quien dice tomar la Biblia literalmente no entiende que las palabras requieren interpretación, particularmente cuando se aplican reglas generales a situaciones específicas; no comprenden que ya están leyendo la interpretación de una persona que hizo la traducción y no se dan cuenta de que muchas reglas generales tienen excepciones no declaradas. Por todo esto es necesario que permitas que el mensaje de liberación salvífica de la Biblia te hable su verdad eterna sin tratar de convertirlo en algo que no es.
La tercera lección es que el llamado de Dios provee para todas las personas. Sólo hay una cosa que distingue a las primeras personas invitadas de las segundas invitadas. Hicieron presencia. Las primeras personas invitadas no aparecieron. El “salón de bodas estaba lleno” con las segundas personas invitadas, pero las primeras personas invitadas “no quisieron venir”. Esa es la única diferencia entre los dos grupos. La clave de nuestra vida en Dios es simplemente aparecer, estar presente. Yo reconozco que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Muy en particular cuando nos llamaron a un discipulado en donde podamos ver y encontrar a Dios, o sea, hacer presencia, en las otras personas. De aquí la necesidad de estar presente acompañando y sirviendo al pueblo.
Ahora bien, sin la expresión del amor no puede haber presencia. La respuesta breve y sencilla a por qué estamos llamad@s a amarnos un@s a otr@s se encuentra en Juan 13:35. Dice “en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si se aman unos a otros”. Ese estar presente se valida con la demostración del amor. Toda persona que dice seguir a Cristo está llamada a caminar en el amor. ¿Cómo debemos amarnos? Cuando Jesús dijo a sus discípul@s que se amaran un@s a otros, dijo que lo hicieran como yo os he amado. Esa es una tarea difícil.
Jesús usó la palabra ágape para referirse al amor al dar la orden. El amor ágape es un poco diferente. No es un sentimiento; es una motivación para la acción que somos libres de elegir o rechazar. Ágape es un amor sacrificial que sufre voluntariamente molestias, malestares e incluso la muerte en beneficio de la otra persona sin esperar nada a cambio. Estamos llamad@s a amar ágape a través del ejemplo de Cristo: «Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos amados, y andad en amor, como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante» (Efesios 5:1). -2). Esto es una fiesta de amor de estar presente.
La cuarta lección es que la persona que trató de estar en esta fiesta a su manera, con su propia ropa, fue rechazada. Este puede ser cualquiera de nosotr@s que intentaría llegar al cielo por nuestro propio mérito. Se dieron las instrucciones de como vestir, pero evidentemente él los rechaza y luego intenta entrar y ser aceptado con su propia ropa. Incluso si tuviera ropa hermosa, no habría cumplido con los requisitos reales del rey para el evento. Pero él insistió en que los usara. Tenemos que aprender a confiar en los caminos de Dios, no en los nuestros. Aquellas personas que si quisieron ir al banquete necesitaban además de ir, debían tener el vestido de bodas. O sea, que no basta con tener la buena intención, sino de tener el nuevo vestido (versículo 11 y 12), como lo expresa Gálatas 3:26-27 “pues todas somos hijos e hijas de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todas las personas que han sido bautizadas en Cristo, de Cristo estáis revestidas”, y en Colosenses 3:10-12 “y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. En 2da Corintios 5:19 “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Venid a Cristo y seguir haciendo las mismas cosas de antes, sumergid@s en el pecado, es estar en la fiesta de bodas sin el vestido de bodas, no nos engañemos. Cuando vamos por un camino que quizás no hayamos considerado lo vital que es escuchar el espíritu.
Note también cómo describe esto el apóstol Pablo en un pasaje donde enseña la forma de deshacerse de los malos hábitos y de vestirse de buenos hábitos: “No fue ésta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo, si de veras se les habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él. Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad” (Efesios 4:20-24). En resumidas, la nueva vestimenta, o la vestimenta correcta para la fiesta, es deshacernos de los viejos hábitos, el odio, el revanchismo, poniéndonos el nuevo ropaje del amor.
Y la quinta lección es que Dios da la bienvenida a todas las personas a su familia, siempre que estemos dispuest@s a creer y aceptar el regalo gratuito de la salvación. Esto es como un recordatorio que la iglesia no es un club privado solo para su membresía. Tampoco es un museo de gente santa. La iglesia es un hospital donde venimos a sanarnos de enfermedades como el racismo, clasismo, sexismo, patriarcalismo, heterosexismo, etc. Por eso la invitación es a todas las personas: mujeres, hombres, niñ@s, personas con discapacidades, físicas y emocionales, mujeres, usuari@s de drogas, trabajador@s sexuales, personas encarceladas, personas gais, lesbiana, trans, negras, y podemos seguir.
Me parece que aquí debemos de evaluar cuidadosamente los requisitos de prácticas abusivas de membresía de exclusión que tenemos en nuestras iglesias, los cuales, en vez de sumar, lo que hacen es restar. El modelo de la membresía de Dios fue y sigue siendo el amor.
El llamado o invitación de Dios no es un asunto cualquiera, es un llamado a que construyamos iglesia con puertas abiertas. Es un llamado a practicar lo que nos dice Lucas 6:37-38: »No juzguen a los demás y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a los demás y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados. Den a los demás y ustedes también recibirán. Se les dará una cantidad mayor a la que puedan contener en su regazo, aunque se la haya agitado y apretado al máximo, siempre se rebosará. Porque con la misma medida que ustedes midan a los demás, Dios los volverá a medir a ustedes».
Estas enseñanzas son muy fáciles de leer, pero mucho más difíciles de vivir. Por esto oro pidiendo a Jesús que por favor renueve mi mente para que no juzgue ni condene a las demás personas, sino que solo tenga pensamientos de amor y bondad.
El llamado en esta parábola por el regocijo propio de una fiesta de bodas es un acontecimiento bellísimo y muy valioso que tiene lugar en las vidas de las personas. Esto explica por qué la vestimenta, o la falta de ella, era tan importante para el rey. De nuevo, la Biblia usa las vestimentas como analogía para mostrarnos que debemos “vestirnos” de una conducta agradable a Dios.
III-Éxodo 32:1-14: La necesidad de un Dios para adorar les llevó a la fiesta equivocada.
El pueblo Hebreo que salió de Egipto habían experimentado recientemente el poder y la provisión del único Dios verdadero. Después de lo que habían visto y experimentado al escapar de Egipto y en el desierto, deberían haber estado completamente convencidos de a quién debían adorar. Pero no confiaron en que Dios continuaría proveyéndolos y liberándolos. En lugar de confiar en este Dios que no podían ver, volvieron a caer en la adoración de ídolos que habían aprendido en Egipto. Y como no tenían ningún ídolo a mano, tomaron sus riquezas mundanas (las joyas de oro que tenían) y las fundieron para hacer un objeto de adoración. Entonces, para nosotros comienza a surgir una imagen clara. La gente no pudo confiar ni adorar al Dios que creó el universo y, en cambio, optó por adorar la riqueza de su vida anterior, en la forma de un pequeño becerro sin vida.
San Agustín describió lo que hacían l@s hebreos como “amor desordenado”, o el amor por los objetos equivocados en la vida
IV-Filipenses 4:1-9: Creciendo piadosamente en tiempos difíciles: Hermanos y hermanas, si desean llegar a ser un hombre o una mujer piadosos, deben crecer internamente. Debes lidiar con la batalla interna. Debes buscar mantenerte firme. Madurar y llegar a ser un hombre o una mujer piadosa requiere estabilidad. Pablo llama a los filipenses a crecer, madurar, profundizar manteniéndose firmes. Al concluir su poderosa carta a esta dulce iglesia, dice esto en 4:1: “Por tanto, mis amados hermanos a quienes anhelo ver, mi gozo y mi corona, estad así firmes en el Señor, amados míos”. En otras palabras, Pablo les esta diciendo que no se metan en la fiesta equivocada.
V-Conclusión: El llamado o invitación de Dios no es un asunto cualquiera. El llamado al representado en esta parábola por el regocijo propio de una fiesta de bodas, es un acontecimiento bellísimo y muy valioso que tiene lugar en las vidas de las personas. Esto explica por qué la vestimenta, o la falta de ella, era tan importante para el rey. La Biblia usa las vestimentas como analogía para mostrarnos que debemos “vestirnos” de una conducta agradable a Dios.
Note cómo describe esto el apóstol Pablo en un pasaje donde enseña la forma de deshacerse de los malos hábitos y de vestirse de buenos hábitos: “No fue ésta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo, si de veras se les habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él. Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad” (Efesios 4:20-24). AMEN & ASHE