Sermón completo:
Homilía del 21 de enero de 2024
Jonás 3:1-5, 10, Salmo: 62: 6-14; 1 Corintios 7: 29-31; Marco 1:14-20
Muy buenas y desde la esquina roja te saluda el Padre Luis. Esta es una reflexión para una praxis de amor, el sacramento más importante.
Estoy comenzando esta reflexión con una pregunta con la cual he estado meditando toda esta semana: ¿Qué hace que las buenas nuevas sean buenas? Y esto lo tomo del Evangelio para hoy, Marco 1:14-20,cuando Jesús comienza a llamar a sus discípul@s para que prediquen las buenas nuevas.
El anuncio de las buenas nuevas comenzó con un ángel anunciando el nacimiento de Juan Bautista a su padre, Zacarías: “Yo soy Gabriel. Estoy en la presencia de Dios y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva” (Lucas 1:19). Juan el Bautista fue el primero en predicar el evangelio (Marcos 1:1–4). Después de que Juan bautizó a Jesús, el Espíritu y la unción de Dios reposaron sobre Jesus “para llevar la Buena Nueva a los pobres. . . proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán libres” (Lucas 4:18, NTV) y “proclamar las buenas nuevas de Dios” (Marcos 1:14).
“Ha llegado el momento”, comenzó Jesús. “El reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntete y cree en las buenas nuevas! (Marcos 1:15). El evangelio que Jesús proclamó se centró en la llegada del reino o comunidad de Dios (Lucas 10:9; 17:21). Mediante la venida de Cristo, se establecería su justicia (Isaías 9:7; 32:1) y su pueblo sería glorificado (Romanos 8:17-18). Después de la resurrección de Cristo, el evangelio fue predicado por aquellas personas que habían sido testigos de su vida (Hechos 5:42; 8:4–5, 35; Romanos 1:1–4, 9), y hoy continúa siendo predicado en todo el mundo por quienes le siguen.
Ahora bien, es posible creer en todas estas cosas, desearlas y esperarlas, y aun así nunca haber probado lo que hace que todas las cosas buenas de las buenas nuevas sean buenas. Entonces, ¿qué es eso? ¿Cuál es el bien más elevado, mejor y final que hace que cada parte del evangelio sea una buena noticia? Yo diría todo lo anterior dicho y añadiéndole el poder encontrar la felicidad mientras estamos de pasada por este mundo. No es uno o el otro, son todas estas dimensiones.
A mí me parece que el problema está en que hemos creado una manera de pensar, no una manera de pensar y vivir, el evangelio. En donde decimos que solo importa el más allá, o sea, no importa si tienes hambre, si te calumnian, si te humillan, si te explotan, si te rechazan, si no tienes un lugar en donde vivir, si no tienes algo que comer, si no tienes acceso a servicios médicos o educativos, etc. O sea, un más allá sin repercusiones en el aquí y ahora. Y hasta se buscan explicaciones como: Dios quiere que así sean las cosas; Dios te esta probando; en el más allá tendrás tu recompensa; Dios aprieta, pero no ahoga; así es que Dios quiere que las cosas sean; y un montón de estupideces más que se las inventaron quienes se benefician de que tu estes sufriendo. De aquí es que producen una teología de la resignación y del fatalismo diciendo que quien nació jorobad@, jorobad@ se queda. Tremenda descripción de pesimismo, ñagotamiento, fatalismo y apendejamiento.
Las buenas nuevas, como son buenas tiene que ver con el aquí y ahora y es aquí en donde podemos escuchar la voz de Jesús diciendo en Lucas 4:18: El Espíritu de Dios está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a las personas pobres; me ha enviado a sanar a las personas quebrantadas de corazón; a pregonar libertad a las personas cautivas, y vista a las personas ciegas; a poner en libertad a las personas oprimidas.
De aquí entonces la necesidad de poder buscar y entender el por que es que existen las desigualdades raciales, género, económicas, sexuales, sociales, etc. O sea, lo que nos roba la felicidad. Por ejemplo, le falta mucho a este análisis, en donde podamos decir que Dios creo suficiente para todas las personas, pero a la hora de la distribución un pequeño grupo tomo en abundancia y pretendió el que una mayoría viviera con escasez. Se crearon una serie de malas noticias para opacar las buenas nuevas y se comenzó a decir que Dios creo la pobreza; que Dios quiere una sociedad machista; que Dios quiere una sociedad heterosexista; que Dios quiere una sociedad de personas blancas; etc. Tú y yo sabemos que todo esto son mentiras que solo pretenden justificar las opresiones y exclusiones que estamos confrontando en el diario vivir. Es la normalización de lo que está mal.
Hemos internalizado los valores teológicos del capitalismo salvaje del individualismo y competencia del más allá, en vez de los valores teológicos de un socialismo democrático del más acá, de la vivencia colectiva y la cooperación.
Definitivamente Jesús nos esta llamando a construir un mundo mejor, en donde comencemos a traer el cielo a la tierra aquí y ahora. Estas son buenas nuevas.
¿Qué haces cuando Jesús te llama? Ésta es la pregunta que se enfrentaron cuatro jóvenes pescadores una mañana en las costas de Galilea. Y es una cuestión que todavía debemos afrontar hoy. Jesús ya no está aquí en la carne, pero todavía hace su llamado, ¿qué harás? ¿cómo responderás? De eso se trata este Evangelio.
Esta semana estuvimos recordando el legado histórico del Rev. Martin Luther King, y no pude escuchar sus palabras radicales de la vivencia aquí en la tierra cuando nos sigue diciendo: El capitalismo siempre corre el peligro de inspirar a las personas a preocuparse más por ganarse la vida que por tener una vida. Es por esto por lo que las personas aprenden a vivir para trabajar en vez de trabajar para vivir. Alguien dijo en algún lugar que vivir la vida es disfrutar de tu existencia. Es respirar, inhalar, aprender, crecer, compartir, amar. Disfrutar de la vida sabiendo que esta tiene un fin y que a dicho desenlace tarde o temprano llegaremos. Para aprender a vivir debemos disfrutar del día a día y sonreír.
Cuando queremos hacer realidad Lucas 4:18: El Espíritu de Dios está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas las piezas importantes para tener en cuenta aquí, y que no debe perderse, son esta estas. Por un lado, el tener claro que no es posible dejar la política fuera del mensaje esperanzador de buenas nuevas muy específicamente cuando nos enfrentamos a realidades como racismo, sexismo, clasismo, homofobia, etc. En otras palabras, no es posible obviar el considerar la naturaleza sociopolítica del cuidado pastoral cuando se trabaja con personas, hermanas y hermanos, de grupos marginados. Lo que debemos tener claro es que la política es el conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones en grupos u otras formas de relaciones de poder entre personas, definitivamente entenderemos que no es posible dejar la política fuera de la iglesia. Solo tenemos que identificarla y entender el cómo la usamos. En otras palabras, debemos de decidir conque tipo de política vamos a lidiar. Esto nada tiene que ver con política partidista, la cual debemos de identificar y evitar dentro del contexto de nuestras comunidades de fe.
Y, por otro lado, no podemos escuchar ni recibir las buenas nuevas de Dios, sus maravillosas promesas, su presencia y sus propósitos alrededor a menos que entendamos que este mensaje de buenas nuevas es holístico y pone sobre la mesa todas las realidades humanas aquí y ahora, para que disfruten del proyecto de liberación salvífica.
En medio de toda esta violencia social y económica que tenemos en Puerto Rico en este momento, ¿Qué pueden ser buenas nuevas? Buenas nuevas para las mujeres, buenas nuevas para las personas pobres, buenas nuevas para las personas negras, buenas nuevas para las personas LGBTQ, para las personas de la tercera edad, etc. Aquí están nuestras hermanas y hermanos que hemos abandonado con un orden sociopolítico que es un desorden. Y es aquí en donde la iglesia sale a llevar las buenas nuevas de liberación. Y asimismo, me pregunto, ¿que pueden ser buenas nuevas para el pueblo de Palestina que trata de sobrevivir el genocidio del gobierno israelí y de Estados Unidos?
Y lo más penoso de todo es la irreverencia de nuestras comunidades de fe, nuestras iglesias, que todo lo quieren arreglar con oraciones que no tiene acciones o dar explicaciones de resignación cuando nos dicen que Dios sabe por qué las cosas pasan. Y yo me pregunto, ¿Qué tiene que ver Dios con todo este odio, maldad, opresión y explotación?
Cuando “Jesús vino a Galilea proclamando las buenas nuevas de Dios”, creo que está haciendo lo que Dios siempre ha tratado de hacer: ayudarnos a saber que nuestras vidas están arraigadas en la vida de Dios. Dios está siempre entre nosotr@s. Dios siempre va con nosotr@s. Dios nunca nos deja. Y Dios quiere que vivamos de tal manera que nos ordenemos con los propósitos de Dios en el mundo, que incluyen la paz con justicia. Estas son buenas nuevas, que son buenas.
En resumidas, para que Lucas 4:18: El Espíritu de Dios está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas se haga realidades de gran necesidad que construyamos con nuestras acciones una teología pastoral de buenas nuevas en donde aquí y ahora las personas se sientan que son escuchadas, liberadas y validadas. Entonces las buenas nuevas serán buenas.
Muchas gracias, Amen & Ashe y prométanme que vamos a ser felices. En el amor solidario, el sacramento más importante. Amor y Ashe.