Rut 1:1-18; Salmo 146; Hebreos 9:11-14; Marcos 12:28-34

3 de noviembre de 2024

El Evangelio de esta semana, Marcos 12:28-34, es sencillo. Lo que resulta abrumador es la naturaleza integral de la aplicación. Es un llamado de Jesús a practicar el amor holístico porque este es el verdadero discipulado revolucionario. El mandato principal de Jesús es la expresión del amor en tres niveles que se complementan: amar a Dios, a mar a las otras personas y amarme a mi mism@.

¿Sabías, por ejemplo, que hay 613 mandamientos en el Pentateuco? Resumir y priorizar, como lo hace Jesús aquí, era una práctica normal entre los rabinos y escribas del judaísmo, sin mencionar que es una práctica útil para recordar el espíritu detrás de cada una de las leyes particulares. Cada una de las leyes existía por una razón, incluso podríamos decir un mensaje: no estaban allí simplemente para ser obedecidas y marcadas como “guardadas”.

¿Qué debemos hacer con todo esto? Creo que está claro que Jesús está diciendo que no se puede hacer una cosa sin la otra. No podemos decir: “Amo a Dios y eso es suficiente”. Tampoco podemos saber cómo amar mejor a nuestro prójimo o prójima sin amar a Dios con todo lo que somos. La implicación es que a través del amor a Dios se producirá un amor a la otra persona que es equivalente al amor que tenemos por nosotr@s mism@s.

Jesús hace otra cosa interesante a través de las palabras que elige. Junto con el corazón, el alma y la fuerza tradicionales, Jesús añade la mente, colocando la última pieza del rompecabezas humano en su lugar. Se pensaba que el corazón era la sede de nuestra vida espiritual, o ser interior; el alma se refería a las emociones y deseos de uno; y la fuerza se entendía como el poder o la capacidad que tenemos para actuar. Añadir la mente significaba añadir la comprensión y la inteligencia a la ecuación. Cada faceta de lo que conduce a nuestras actividades humanas, entonces, está involucrada y es llamada a amar a Dios como el corazón, el alma, la mente y la fuerza son capaces de hacerlo.

Sin embargo, observe que el escriba omite la mente y se refiere al entendimiento en lugar del alma… esto implica que Jesús está ampliando el significado, tal como lo hace al agregar el amor a la otra persona como la otra cara de amar a Dios.

No tengo la menor duda cuando digo que necesito amor para cambiar mi vida en algo mejor. O que necesito amor para cambiar el mal que existe en la otra persona. Por supuesto, necesito amor para cambiar este mundo injusto en uno mejor. Y necesito amor para mantenerme conectado o conectada en una relación saludable con Dios. Este es el amor revolucionario holístico que Jesús está pidiendo en nuestro discipulado y en la construcción de la iglesia.

En este momento en el que vemos violencia y dolor en el mundo hay un llamado urgente para cambiar y a conectarnos. Necesitamos entender el camino de la transformación y la empatía para sobrevivir a estos tiempos difíciles. No se trata solo de los recuerdos de los asesinatos que ocurrieron en Israel el 7 de octubre, recuerdos de brutalidad que muchas personas siguen llevando consigo junto con el dolor y el miedo inquebrantable. Más de mil judíos fueron asesinados ese día, lo que provocó pánico y un dolor indescriptible. No se trata solo del genocidio y la matanza en masa en Gaza, incluidos más de 40.000 palestinos y palestinas, asesinad@s en Gaza desde que Israel lanzó su guerra genocida contra Hamás, y la destrucción de escuelas, iglesias, mezquitas, hospitales, universidades, museos e infraestructura básica.

Jesús redefine el amor e incluso nos desafía a amar a nuestros enemigos o enemigas. No estamos hablando de dejarse abusar, por el contrario, aquí estamos hablando de liberar a todas las partes del odio y violencia. Estas enseñanzas tienen el poder de transformar nuestra comprensión del amor.

  • El amor es una acción, no solo un sentimiento o emoción, e implica poner desinteresadamente las necesidades de las demás personas en primer lugar.
  • El amor se extiende también a nuestros enemigos o enemigas e implica mostrar bondad, compasión y buscar la reconciliación y el perdón.
  • Amar al prójimo o prójima significa mostrar bondad, compasión y respeto a todas las personas, y requiere una preocupación genuina por su bienestar.
  • Priorizar la relación con Dios, someter los deseos a la voluntad de Dios y reflejar el amor de Dios en acciones son aspectos esenciales del amor.

Jesús enfatiza que el amor no se limita a aquellas personas que son fáciles de amar, sino que se extiende también a nuestros enemigos o enemigas. A través de sus enseñanzas, Jesús nos desafía a encarnar el amor en nuestras acciones, transformando nuestras relaciones y generando un mundo más amoroso y compasivo.

A medida que profundizamos en las enseñanzas de Jesús sobre el amor, es importante entender que el amor se caracteriza por la paciencia y la bondad. La paciencia en las relaciones y la bondad en las acciones son dos aspectos esenciales del amor que Jesús enfatizó. La paciencia nos permite soportar dificultades y desafíos, sin apresurarnos a juzgar o reaccionar impulsivamente. La bondad, por otro lado, implica ir más allá de la mera cortesía o amabilidad. Es una expresión activa de amor que muestra compasión y generosidad hacia las demás personas. Implica tratar a las demás personas con respeto, empatía y comprensión, procurando satisfacer sus necesidades y aliviar su sufrimiento. Al encarnar la paciencia y la bondad, podemos reflejar verdaderamente el amor que Jesús enseñó y ejemplificó.

En la obra magna de Paulo Freire, Pedagogía del oprimido, el autor presenta su concepción filosófica de la educación, que pretende defender una propuesta alternativa a la práctica pedagógica tradicional para construir un aula que busque la liberación de las personas. Freire sostiene que en la relación entre la persona opresora y la oprimida, es esta última quien tiene la responsabilidad de iniciar el proceso de emancipación y, al hacerlo, debe comprometerse con la liberación de la persona opresora.

En otras palabras, la persona oprimida tiene la responsabilidad de liberarse a sí misma y, al hacerlo, liberar a la persona opresora. Cuando detengo la opresión de mi enemig@ con mi liberación, esta ya no tiene a quien oprimir. En otras palabras, mi liberación va en dos direcciones. Y todo esto se hace en el contexto del amor. Por eso Jesús nos dice que amemos al otro como a nosotros mismos. “El odio no puede expulsar el odio, sólo el amor puede hacerlo”. Dr. Martin Luther King, Jr.

Rut 1:1-18: Aprendemos de esta historia que hacer lo correcto a menudo requiere un gran sacrificio y que el pasado no es nuestro destino final cuando confiamos en Dios

Hebreos 9:11-14; El sacrificio de Jesús limpia lo externo y lo interno para que podamos ofrecernos completamente a Dios, tal como él lo hizo. No se trata realmente de lo que hacemos; la misma acción puede ser una obra muerta o una alabanza viva, pero se trata de entrega. Cuando nos entregamos como lo hizo Jesús, se hace posible servir al Dios vivo con una fe viva.

Hermanos y hermanas, el amor holístico que Jesús nos pide para amar a Dios, a la otra persona y a mí mism@ es un amor revolucionario. Si vamos a confiar en el amor, debe ser un amor revolucionario. ¿Qué es eso? El psicólogo Erich Fromm dijo que el amor maduro tiene cuatro características: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Y todo esto porque el amor solidario es el sacramento más importante, es la doctrina de la iglesia que Jesús nos dio.

Amén y Ashé