Sermón completo:
Segundo domingo después de Navidad – 5 de enero de 2025
Jeremías 31:7-14; Salmo 84:1-8; Efesios 1:3-6,15-19a; Mateo 2:13-15,19-23
Jesús el refugiado es el tema de nuestra reflexión de esta semana. Un refugiado, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para las Personas Refugiadas, es una persona «obligada a huir de su propio país y buscar seguridad en otro país. No puede regresar a su propio país por temor a ser perseguid@ como resultado de quién es, lo que cree o dice, o debido a un conflicto armado, violencia o graves desórdenes públicos».
¿Cómo entonces deberíamos pensar en la compleja situación de las personas refugiadas en los Estados Unidos? ¿Cómo debemos pensar en la compleja situación de estas personas refugiadas en Puerto Rico, donde la relación colonial con los Estados Unidos es un atractivo para las personas refugiadas?
El número de personas desplazadas o forzadas a abandonar su hogar en este momento es histórico. Muchas personas están divididas sobre qué hacer con ellas y el tema es, sin duda, es complejo. Independientemente de su opinión sobre cómo el gobierno ha manejado la crisis de personas refugiadas, las personas cristianas tienen la responsabilidad bíblica de ministrar también a personas refugiadas, ya que estas personas están hechas a imagen de Dios.
Las historias de Navidad son historias de poder, protesta y política. Los magos, después de su necedad inicial, se niegan a obedecer a Herodes, el gobernante de la tierra. Más que eso, rinden homenaje a un gobernante alternativo. ¡Es un caso obvio de desobediencia civil! Eso no debería sorprendernos. Después de todo, ser cristian@ implicaba automáticamente desobediencia civil desde el tiempo de Cristo hasta principios del siglo IV, cuando el cristianismo se volvió oficialmente aceptable a través del Imperio Romano. Viviendo en los tiempos en que vivimos, a menudo olvidamos cuán revolucionario y contracultural es el cristianismo y lo ha sido desde sus comienzos.
Así que, dejemos que la historia de hoy nos recuerde. Cuando escuchemos o leamos sobre solicitantes de asilo y refugiad@s, recuerda a José tomando a María y a Jesús y huyendo a Egipto. Cuando veas noticias de niños-niñas secuestrad@s o asesinad@s, de escolares asesinad@s en Pakistán o Libia, o de niñas secuestradas en Nigeria, recuerda esta historia bíblica de hoy en donde los niños inocentes fueron masacrados en Belén.
Cuando vemos el genocidio que Israel está llevando a cabo en la tierra donde nació Jesús, Palestina, y esa gente pidiendo refugio, recuerden nuestra historia de hoy de un Jesús refugiado que busca protección. Cuando veamos esas barcas que salen de República Dominicana hacia Puerto Rico llenas de dominican@s, haitian@s, cuban@s y venezolan@s, recuerden que Jesús también salió buscando refugio de esa manera.
Pero también están esas personas dentro de Puerto Rico que piden refugio porque sus vidas están amenazadas por la xenofobia, por la transfobia, por el feminicidio y por la lucha de clases dentro de un sistema capitalista donde las políticas de privatización estrangulan cada vez más al pueblo.
Cuando vean la injusticia perpetrada por personas en el poder, recuerden a los magos que se negaron a hacer lo que el rey Herodes quería de ellos y ofrecieron su homenaje a un rey alternativo. Y cuando canten villancicos sobre el nacimiento de Jesús en Belén, recuerden la Barrera que ahora rodea esa ciudad. Como personas cristianas estamos llamados a seguir a aquel que, en las palabras del salmo de hoy, nació para “defender la causa de las personas pobres dar liberación a las personas necesitadas y aplastar a la persona opresora”. En esta temporada navideña, dejemos que las historias navideñas nos inspiren a comprometernos nuevamente a unirnos a Jesús en esta misión.
Debemos prestar atención a la teología detrás de la visión nacionalista cristiana sobre la inmigración. Aunque las políticas antiinmigrantes se han convertido en temas de conversación conservadores estándar, como muchas cosas de MAGA, estas tienen sus raíces en el racismo y la teología retorcida del nacionalismo cristiano. El nacionalismo cristiano trata sobre la preservación del poder que históricamente ha pertenecido a los protestantes blancos varones ricos.
Y aquellos que siguen este movimiento MAGA aquí en Puerto Rico tienen la idea equivocada de que solo están buscando la estadidad para Puerto Rico o tal vez son fieles creyentes en ese racismo y distorsión del Evangelio de liberación de Jesús. Veremos la fusión o enfrentamiento entre la Gobernadora Jennifer una vez que el Presidente Trump comience con su desastre sociopolítico de políticas antiinmigrantes que no nos dicen por qué las personas pobres y marginadas son expulsadas de sus países y atraídas a los Estados Unidos. Hay que darles un curso de geopolítica latinoamericana 101 y geoeconomía 101 y las políticas exteriores imperialistas de los EE. UU. hacia América Latina. Así dejarán de buscar la fiebre en la cama. Mientras tanto, Jesús el refugiado nos reta a principios de año a radicalizar nuestra forma de ver y practicar su legado. El nacimiento de Jesús no es solo una experiencia nostálgica. Es una nostalgia revolucionaria para cambiar nuestras vidas y las del resto del mundo, trayendo el cielo a la tierra. ¿Están list@s?