Sermón completo:
La Natividad de nuestro Señor Jesucristo
25 de diciembre de 2023
Isaías 9:2-7; Salmo 96; Tito 2:11-14; Lucas 2:1-14
II-Es importante que entendamos que Jesús nació del radicalismo de Dios: Cuando miramos la historia de Jesús, quedan muchas preguntas sin respuesta: ¿Cómo se sintió María en el viaje a Belén? ¿Tenía partera? ¿Qué pensaron sus abuel@s? ¿De qué color eran Su cabello u ojos? ¿Cómo se veía su cuarto cuando llegaron a casa?
Hay otras preguntas que estoy seguro de que tenemos. Sin embargo, cuando leemos las Escrituras, debemos centrarnos en lo que está escrito, porque parece ser que eso es lo que el escrito (o escritora) quiso que supiéramos. Y por supuesto, algunos de los detalles del nacimiento de Jesús son radicales. Hemos analizado esto durante las últimas semanas de Adviento en donde Dios tomó decisiones aparentemente extremas:
Eligió que la virgen llamada María se convirtiera en Madre de Cristo. Llamó a José a obedecerlo confiando en el milagro de la concepción de Cristo. Usó a los Reyes Magos como ejemplo de sabiduría radical. Para algunas personas, Dios tomó decisiones radicales al hacer que la historia del nacimiento de Jesús se desarrollara como sucedió. Sin embargo, no puedo evitar preguntarme; ¿qué es lo que Dios espera de nosotr@s al ofrecernos esta historia radical de la de la Navidad?
No tengo la menor duda cuando digo que Dios hizo todo lo posible para comenzar el proceso de redención para toda la humanidad. Para hacer esto, envió a Su hijo, no como un espíritu, sino como un ser humano, un bebé. La parte interesante de la historia es a quién usó Dios y a quién se presentó en la historia. Teniendo claro que aquellas personas que, según todos los indicios, deberían haber anticipado y esperado la venida del Mesías, casi ignoraron los eventos que tuvieron lugar.
En cambio, Dios acudió a las personas radicales. Fue a la madre soltera, al padre comprometido, a los sabios de países lejanos, a los pastores en el campo. ¡Estos fueron los que le dieron la bienvenida cuando vino!
Cuando leemos la naturaleza radical de la historia de Navidad, debería conmovernos el corazón para ayudarnos a darnos cuenta de que Dios quiere personas que le sirvan dentro de esa radicalidad. En esta Navidad recuerdo dos promesas que Dios hizo sobre la actividad de Jesús en la tierra.
Él vendrá nuevamente físicamente a esta tierra: así Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos. A los que le esperan ansiosamente, Él aparecerá por segunda vez, sin pecado, para salvación. Hebreos 9:28.
La otra promesa es que derramará su Espíritu sobre quienes lo buscan: Y sucederá en los postreros días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños. Hechos 2:17
Quiero que notemos que Jesús vendrá a aquellas personas que sean lo suficientemente radicales como para creer en Él, confiar en Él y servirle activamente acompañado y sirviendo al pueblo. ¿Cómo se hace esto dentro de este modelo de acción que Jesús exige?
III-Es importante entender que el radicalismo de Jesús nos exige nacer de nuevo. Es por esto que en vez de poner tanto énfasis en el nacimiento de Jesús como un asunto histórico, lo veamos de aquí en adelante como una invitación a que ahora nosotr@s podamos nacer de nuevo como nuevas criaturas en esta Navidad.
Estamos llamad@s a vivir desde el servicio trabajando mucho para tratar de dejar un mundo mejor que el que nos encontramos al nacer. Poniendo a su disposición nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestro esfuerzo. Pero con la confianza puesta en Dios.
Estamos llamad@s a empezar a vivir, si no lo hemos hecho ya, como niños y niñas que todo lo esperan de ese Dios que tanto nos quiere y todo lo puede. Ese Dios que es, sobre todo, Padre y Madre y quien nos sigue diciendo: «En verdad, en verdad de te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios«. Nicodemo le pregunta: «¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?» Jesús le contestó: «En verdad, en verdad te digo: El que no nazca del agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu». Juan 3: 3 – 6
Como tiempos atrás hiciera Jesús con los discípulos de Emaús, esta Navidad el saldrá de nuevo a nuestro encuentro. No nos dejemos enredar por los espejismos del mundo. No nos dejemos liar por tantos quehaceres que, sin ser malos, lo cierto es que nos desvían de lo que debería ser lo esencial en nuestra vida. No dejemos pasar la oportunidad de poner nuestra vida en orden y dar a Dios, de una vez por todas, nuestro sí incondicional. Y no nos olvidemos del amor solidario desde el cual nacerá de las cenizas de la paz con justicia.
IV-Y de ese amor solidario radical tenemos que entender que tenemos una responsabilidad para manifestar nuestro amor solidario radical para con otras personas.
De aquí el que podamos detener el genocidio que está ocurriendo en Gaza. No podemos seguir siendo solo espectadores por fuimos llamad@s como personas cristianas a traer la paz con justicia. De esa paz con justicia radical Gaza renacerá de nuevo esta Navidad.
No podemos guardar silencio y no podemos darnos por vencid@s mientras el gobierno de Estados Unidos financia un genocidio. Mientras las fuerzas israelíes masacran a innumerables palestin@s, Estados Unidos y varios países de todo el mundo respaldan plenamente las acciones de Israel con dinero y armas. El bombardeo israelí de Gaza ha entrado en su tercer mes. En el momento de preparar esta reflexión el número de muertos en Gaza por las represalias israelíes por el imperdonable ataque sorpresa de Hamás el 7 de octubre ha superado las 19,000 personas, un gran porcentaje de las cuales son niños y niñas. Se cree que otras 50.000 personas resultaron heridas en los combates. Este genocidio contra el pueblo palestino no comienza el 7 de octubre del 2023, comenzó en el 1948 cuando el pueblo Palestino fue expulsado por las fuerzas sionistas y haciendo el cumplimiento de un sueño sionista de limpiar étnicamente a Palestina para que la tierra pudiera transformarse en un estado de mayoría judía.
Se dice que este genocidio por parte de Israel es el resultado de la conmoción duradera de la masacre del 7 de octubre, combinada con un gobierno de extrema derecha que incluye elementos extremistas. Sin embargo, esto ignora otro elemento importantísimo de un enfoque israelí específico de la guerra conocido como la doctrina dahiya. Esta doctrina es una estrategia militar de guerra asimétrica, esbozada por el ex jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel Gadi Eizenkot, que abarca la destrucción de la infraestructura civil de regímenes considerados hostiles como una medida calculada para presionar a los combatientes y respalda el empleo de «fuerza desproporcionada» para lograr ese fin.
Es por esto que, desde el 7 de octubre, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha dejado claro que Israel tiene la intención de matar a tantos palestin@s como sea posible para presionar a otr@s a abandonar la Franja de Gaza y trasladarse al Sinaí en Egipto. Netanyahu ha sido inflexible al negarse a ordenar un alto el fuego para permitir la entrada de ayuda para detener el horrible genocidio que se está llevando a cabo en Gaza.
De aquí la penosa realidad de como Estados Unidos volvió a bloquear otra resolución de alto el fuego en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Fue la segunda vez en las últimas semanas que un intento de poner fin a las masivas víctimas civiles y proporcionar una vía para la ayuda humanitaria fue detenido por una votación estadounidense. La resolución fue llevada inmediatamente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde fue aprobada por abrumadora mayoría de 153 a 10 y la abstención de veintitrés naciones. Lamentablemente, las resoluciones de la Asamblea General no tienen fuerza de ley, pero, como explican las normas de las Naciones Unidas, “si bien las decisiones de la Asamblea General no tienen fuerza jurídicamente vinculante para los gobiernos, llevan el peso de la opinión mundial y la autoridad moral de los gobiernos”.
Lo que se sigue ocultando en este genocidio es que detrás de la propuesta de Israel de sacar al pueblo Palestino de estos territorios esta la realidad del robo de reservas de gas en alta mar. Investigaciones han determinado esta reserva podría contener hasta 1 trillón de pies cúbicos de gas natural. Estados Unidos e Israel quieren esta reserva. Ya lo dice la Biblia, porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. I Timoteo 6:10.
Porque tenemos el nacimiento de Jesús en nuestros corazones y hemos sido llamado a imitar su proyecto de liberación salvífica, en esta naturaleza radical de la historia de la Navidad, quiero combatir contigo el pecado de no hacer. El pecado, tal como se entiende clásicamente, no es sólo hacer el mal (comisión) sino también no hacer el bien (omisión). Tiendo a preocuparme más por el primero que por el segundo. En una cultura que todavía navega bajo la apariencia de una moralidad teísta, tendemos a juzgarnos a nosotros mismos por lo que hacemos en lugar de por lo que dejamos de hacer. Pero las guerras no se ganan sólo con la defensa.
¿Cuántas veces en la parábola del hombre rico de Lucas 16:19-31, este rico pasó rápidamente junto a Lázaro que yacía en su puerta? Las suficientes veces no sólo para aprender el nombre de Lázaro, sino también para recordarlo. Aquí radica el verdadero pecado de este hombre, la razón por la que terminó en “el inframundo, donde estaba atormentado”. ¿Cuál fue el pecado de este hombre rico? Él no había ordenado que sacaran a Lázaro de su puerta. No le dio una patada al pasar. No fue deliberadamente cruel con él. El pecado de este hombre fue que nunca se dio cuenta de Lázaro, que lo aceptó como parte del paisaje y simplemente pensó que era perfectamente natural e inevitable que Lázaro fuera miserable mientras él vivía una vida de lujo. No fue nada de lo que hizo este hombre rico lo que lo llevó al infierno; fue lo que no hizo.
V-Conclusión: Hermanos y hermanos, usted podrá decir que esta reflexión de Navidad es muy política, y yo le respondería que tiene toda la razón. Pero también te recordaría que todo lo que se hace en la Iglesia es político. Y no estoy hablando de política partidista la cual para mi no tiene entrada en la casa de Dios. Las deformaciones que se dan del cristianismo (y otras religiones) no se pueden hallar en el dato revelado, sino que su causa principal hay que encontrarla en la cultura que ha recibido a la fe. Esta cultura produce una ideología que nos ha presentado a un Jesús secuestrado por la clase dominante y lo ha acomodado a su servicio. Es por esto por lo que la práctica de este evangelio me obliga a salir de mi zona de confort y aceptar las consecuencias. Como ya dijimos, se puede pecar no solo por comisión, sino también por omisión: “Al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17). Si no salgo a practicar esta fe de acción entonces entro en lo que se llama una teología del camaleón.
Te recuerdo también que en diferentes partes del mundo, en general y en Puerto Rico en particular, existen muchas realidades a las cuales no podemos seguir pecando por omisión. La naturaleza radical de la historia de la Navidad es que Jesús volvió a nacer; tú y yo seguimos naciendo de nuevo; y que del genocidio Gaza nacerá, resucitará de nuevo.
Nuestro Salvador Jesús, un palestino judío, nos invita a que dentro del contexto de la paz con justicia en donde quiera que estemos podamos combatir el pecado de no hacer, rescatando la naturaleza radical de la historia de la Navidad. Amen & Ashé