Sermón completo:
Escritura: Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: —Paz a ustedes. Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo: —¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Lucas 24:36-38.
En el contexto del Tercer Domingo de Pascua quiero reflexionar contigo sobre la realidad de la pregunta que Jesús le hace a sus discípulas y discípulos luego de la resurrección: ¿Por qué están asustados, asustadas?
Mi argumento principal para hoy es que debemos de crear iglesias con cuidados pastorales que puedan lidiar con el dolor del pueblo, con sus temores e inseguridades, aquí y ahora. De esta manera tendremos una Buenas Nueva relevantes y reverentes.
En el relato de Lucas, los discípulos y discípulas recibieron otro conjunto de testigos de la resurrección cuando los dos viajeros en el camino a Emaús regresaron para contarles sobre su encuentro con Jesús. Mientras hablaban de esto, tratando de encontrarle sentido y razonar juntos qué significado debían darle, Jesús entra y se presenta ante ellas y ellos».
Como ocurre en el cuarto evangelio, las primeras palabras de Jesús para ellos son “La paz sea con vosotros” y están destinadas a abordar su miedo.
¿Por qué las discípulas y discípulos eran tan escépticos? Durante 3 años habían seguido a Jesús y pensaban que él era el Mesías. ¡Ellos creyeron! Pero luego vieron y escucharon cosas que les hicieron sentir que algo no estaba bien. Vieron a Jesús arrestado, a pesar de que era todopoderoso. Vieron a Jesús torturado, gritado por la multitud y crucificado, a pesar de que Jesús era Dios y podía caminar sobre el agua y calmar tormentas. Vieron a Jesús morir y ser sepultado, a pesar de que Jesús podía resucitar a personas de entre los muertos. Nada de esto tenía sentido para ellos. Todo lo que vieron contradecía sus creencias. Y no estaban dispuestos a volver a pasar por eso. Por eso eran tan escépticos. Esto les produjo inseguridad de la misma manera que nos produce a nosotr@s.
“¿Por qué estáis asustad@s y por qué surgen dudas en sus corazones?” Los discípul@s pasan de discutir el relato de los dos extranjeros como testigos presenciales a tratar internamente de razonar lo que están encontrando en ese mismo momento. Una vez más (como la semana pasada), aquí se utiliza la “duda” para simplificar algo un poco más complejo: un diálogo interno que intenta razonar algo. Ahora, además del testimonio de los extranjeros, tienen a Jesús parado justo frente a ellos, mostrándoles sus cicatrices y diciéndoles que lo toquen para que sepan que no es un fantasma.
Como se niegan a creer, tienen que seguir preguntándose qué está pasando y razonar un poco más las cosas. En el mensaje Pascual podríamos preguntarnos, y que es lo que está produciendo este susto o pánico al pueblo en este momento. Yo diaria que la inseguridad.
La inseguridad ciudadana atenta contra las condiciones básicas que permiten la convivencia pacífica en la sociedad y pone en peligro o lesiona los derechos fundamentales; así, garantizar la seguridad de los ciudadanos constituye una razón de ser del Estado. Es por esto por lo que había un malestar entre los discípulos y discípulas. Yo me pregunto, y como se aplica todo esto a nuestra realidad aquí y ahora.
Hemo sido llamados y llamadas a compartir las Buenas Nuevas de salvación en medio de inseguridad ciudadana. El pueblo tiene miedo y se siente inseguro. Podemos de manera irresponsable hablar de Cristo y un más allá sin repercusiones en el presente o podemos hablar de presentar a Cristo como salvador dentro de una propuesta de vida de cambiar o erradicar los males sociales, políticos, económicos y culturales que nos afectan. O sea, construir ahora mismo con Cristo un mundo diferente pero mejor. El asunto esta en que tenemos que ser relevantes y reverentes con la Palabra de Dios. No debemos predicar que el pueblo se someta a la opresión o al abuso. Hay que sacar al pueblo de esa inseguridad.
Obsérvelo de esta manera, el crimen y la violencia condicionan nuestras decisiones diarias. Dónde vivimos, por dónde transitamos, dónde invertimos, y qué hacemos o dejamos de hacer un fin de semana. Es decir, afectan nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.
¿Cuáles son las consecuencias de la inseguridad? Entre ellas encontramos la ansiedad, la tristeza, el enfado con uno mismo, la culpa, y la vergüenza. Todas ellas hacen que la autoestima de la persona insegura vaya mermando cada vez más, entrando en un círculo vicioso del que la persona insegura no acierta a salir. No tengo duda, que el desarrollo sostenible que tanto queremos no se puede lograr sin seguridad y viviendo con miedo. Si queremos comunidades donde las personas puedan vivir tranquilas y donde los niños y niñas vayan a la escuela sin miedo, tenemos que actuar para transformar sus entornos de violencia social, económica, política, religiosa, etc. Hay que construir un futuro que sea real.
Tal y como Jesús llegó y encontró a ese pueblo con temor, asustado, miedo en pánico, así nos llegan las personas a nuestras iglesias. Tal y como sucedió en el Éxodos, Jesús quiere encontrarles en el charco de emociones con un mensaje Pascual de Liberación. Prediquemos las Buenas Nuevas dentro del contexto de un Evangelio Saludable que se dedica al trabajo diario de servir a Dios, sirviendo y acompañando al pueblo. Esto es producir seguridad.
Bendiciones, y la paz con justicia sea con ustedes y prométanme que van a ser muy felices. En el amor solidario el sacramento más importante. Amen & Ashé.